Aquel momento fue uno de los mejores que he tenido en todo lo que llevo jugando a baloncesto. Siempre había soñado con jugar una final, pero nunca imaginé que fuera tan emocionante y tan bonito. Estaba nerviosa, sabíamos que pasara lo que pasara habíamos hecho historia, y que aunque no consiguiéramos ganar el objetivo estaba conseguido, subir el escalón y estar con las mejores. Cosa rara fue que Héctor no estuviese nervioso, pero esa tranquilidad nos la transmitió antes del partido. Estuvimos igualadas todo el encuentro, incluso en la mitad, íbamos ganando. Al final, el Uni acabo ganando de 6 puntos pero, aún así, cuando el pitido final sonó, saltamos todas a la cancha celebrando nuestro triunfo, que fue demostrar quienes somos.

eso si que es un gran euipo
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